La fotógrafa Carme Ollé i Coderch presentará en Madrid el próximo martes 14 de septiembre en las instalaciones del Museo Tiflológico de la O.N.C.E, su primera publicación con imágenes de varios viajes realizados por el mundo. Una hazaña realizada por la fotógrafa, ya que padece una discapacidad visual grave.
La fotógrafa Carme Ollé i Coderch realizará el próximo martes 14 de septiembre en las instalaciones del Museo Tiflológico de Madrid, la presentación de su primer libro de fotografías “Irreality´s”, un libro de 60 páginas que muestra el trabajo que durante años le ha llevado por varios países americanos y europeos, y que a su vez está subvecionado por una de las ayudas de la institución a proyectos culturales. Carme Ollé i Coderch también participa en la 3ª Bienal de Arte Contemporáneo de la O.N.C.E que se inaugurará el próximo jueves 16 de septiembre en las instalaciones de la sala de exposiciones del complejo “El Aguila” en la ciudad de Madrid, España.
Para la presentación del libro, la fotógrafa ha realizado una minuciosa selección de imágenes que ha tomado durante su estancia en países como Italia, Francia, Noruega o Venezuela.“La realidad visual es aparentemente mucho más palpable, pero también enmascara otras expresiones que discurren en el mundo de los sentidos”, comenta Carme Ollé, a la vez que nos invita a transitar por un espacio que conforman éste conjunto de instantáneas que emanan del espíritu de la tierra.
Con esta serie de imágenes la autora nos introduce en la senda de observar lo imaginario a los efectos de ver lo que no se ve. En palabras de Mercedes Repliguer, comisaria de la 2ª Bienal de Arte Contemporáneo de la O.N.C.E: “La obra de Carme Ollé se basa en fascinación por los reflejos y quiebros del agua, por los espejos, de los escaparates pero las transparencias más deslumbrantes se encuentran en el cristal, materia privilegiada de la reflexión acompañada por términos asociados como lo claro, cristalino, diáfano, límpido, puro o sereno, palabras cuya sola pronunciación evoca, desde el principio, la imagen de una vida perfecta”.
Nacida en Barcelona, Carme Ollé i Coderch aprendió en el laboratorio fotográfico de Can Sàbat el arte de la fotografía y sus técnicas de manipulación. Su discapacidad visual le obligó a ir dejando las técnicas tradicionales a la vez que fue ralentizando su actividad y, más recientemente, gracias a los avances de las nuevas herramientas tecnológicas, ha podido recuperar aquello que iba en camino de quedarse en el cajón y que tanto le gusta hacer: la fotografía. Una muestra de su actual producción forma parte, entre otras, de la colección permanente del Museo Tiflológico y de la Fototeca de la O.N.C.E. en Madrid y Bilbao respectivamente, así como de los fondos de la Fundació Hervàs Amezcua per a les Arts de Gavà (Barcelona).
Por: Juan Chirinos Franco.
Para la presentación del libro, la fotógrafa ha realizado una minuciosa selección de imágenes que ha tomado durante su estancia en países como Italia, Francia, Noruega o Venezuela.“La realidad visual es aparentemente mucho más palpable, pero también enmascara otras expresiones que discurren en el mundo de los sentidos”, comenta Carme Ollé, a la vez que nos invita a transitar por un espacio que conforman éste conjunto de instantáneas que emanan del espíritu de la tierra.
Con esta serie de imágenes la autora nos introduce en la senda de observar lo imaginario a los efectos de ver lo que no se ve. En palabras de Mercedes Repliguer, comisaria de la 2ª Bienal de Arte Contemporáneo de la O.N.C.E: “La obra de Carme Ollé se basa en fascinación por los reflejos y quiebros del agua, por los espejos, de los escaparates pero las transparencias más deslumbrantes se encuentran en el cristal, materia privilegiada de la reflexión acompañada por términos asociados como lo claro, cristalino, diáfano, límpido, puro o sereno, palabras cuya sola pronunciación evoca, desde el principio, la imagen de una vida perfecta”.
Nacida en Barcelona, Carme Ollé i Coderch aprendió en el laboratorio fotográfico de Can Sàbat el arte de la fotografía y sus técnicas de manipulación. Su discapacidad visual le obligó a ir dejando las técnicas tradicionales a la vez que fue ralentizando su actividad y, más recientemente, gracias a los avances de las nuevas herramientas tecnológicas, ha podido recuperar aquello que iba en camino de quedarse en el cajón y que tanto le gusta hacer: la fotografía. Una muestra de su actual producción forma parte, entre otras, de la colección permanente del Museo Tiflológico y de la Fototeca de la O.N.C.E. en Madrid y Bilbao respectivamente, así como de los fondos de la Fundació Hervàs Amezcua per a les Arts de Gavà (Barcelona).
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