Marabina de pura cepa. Así es la joven que representa al ¡Distrito Capital! en la edición 2010 del Miss Venezuela. En efecto, Jessica Cristina Barboza Schmidt nació en la capital zuliana un 14 de agosto, ciudad donde además ha vivido sus 23 años de existencia.
-¿Por qué representas al Distrito Capital y no al Zulia, como debía ser?
-Lo que ocurre es que tardé mucho en decidirme a participar. Estaba indecisa pues mis planes inmediatos eran irme a estudiar un post grado en Derecho Corporativo a España –de hecho, ya había presentado y aprobado la prueba de rigor- pero mis amigos me convencieron para participar y me dije “es este año o nunca” y cuando me decidí tanto el Zulia como la Costa Oriental estaban asignados a otras muchachas. Así que acepté representar al Distrito Capital que estaba libre y además es la región de Venezuela que más conozco y donde tengo más allegados, además de –lógicamente- mi tierra.
-¿Y qué se siente? -Mira, te voy a ser muy sincera. Obviamente mi ilusión era representar a mi estado natal. Pero como te dije, si no lo hacía este año, no lo iba a hacer nunca más. Por otra parte, todas las candidatas, independientemente de la región que representemos, optamos por el título de “Miss Venezuela”. Y Venezuela es el país de todas, desde el Zulia al Delta Amacuro y del Distrito Capital al Amazonas. Así que estoy orgullosísima de ser zuliana, pero además de zuliana soy venezolana y me siento muy halagada de representar cualquier entidad de nuestra geografía. Jessica es abogada, graduada Cum Laude en la Universidad Rafael Urdaneta de Maracaibo. Y no sólo se recibió con honores, sino que lo hizo en sólo tres años y medio. “Soy una mujer de retos –explica- y cuando me trazo una meta trato de hacerlo lo mejor posible. Lo que hice fue adelantar materias durante los periodos vacacionales, así pude recibirme con dos años de anticipación”.
-Además del castellano ¿qué otros idiomas hablas? -Inglés, algo de francés y maracucho –dice soltando una sonora carcajada y picando pícaramente el ojo- Pero, además de sus innegables cualidades intelectuales, Jessica Barboza para el tráfico donde sea. A lo largo de sus 1,74 m. de estatura se distribuyen unas medidas perfectas de 90-58-90. Algo que le ha servido para proyectarse desde los 15 años como una destacada modelo. Además, consiguió en 2009 el título de Sambil Model/ Miss Earth Venezuela, lo que le significó su pasaporte para representar a nuestro país en el reconocido concurso “Miss Earth” (Miss Tierra) en las Filipinas, donde quedó como primera finalista (Miss Agua) compitiendo con 90 muchachas provenientes de todo el orbe. -¿Crees que esto te da alguna ventaja frente a tus compañeras de Miss Venezuela? -Sin duda, haber participado en un concurso tan fuerte e importante como Miss Earth ha sido una excelente experiencia. Fueron tres semanas de competencia –más un mes adicional luego del evento- en el otro lado del mundo atendiendo una agenda realmente agotadora, la mayoría de las veces dormíamos sólo tres horas. Y como toda experiencia, te queda y aplicas lo aprendido en el momento preciso. Sin embargo, tanto mi persona como las otras candidatas estamos en este momento en la “Universidad de la Belleza” más reconocida del mundo entero: la Organización Miss Venezuela. Todas recibimos un entrenamiento por igual en oratoria, pasarela, baile, gimnasio, así que creo que a la hora de la verdad la noche final todas vamos a tener herramientas más que suficientes para luchar por el título de “tú a tú”. Además, lo aprendido en Miss Venezuela te queda para toda la vida, en ti está ponerlo en práctica. -¿Qué más te dejó esa experiencia? -Una mayor conciencia ecológica. El saber que todos, con nuestras pequeñas acciones diarias, tenemos incidencia directa en nuestro medio ambiente. La Madre Tierra es una sola, todos habitamos el mismo planeta y es nuestra responsabilidad preservarlo para nosotros y las futuras generaciones.
-¿Tienes novio, quién es? -Sí tengo, desde hace tres años, su nombre es Alberto Vaivads y es abogado, como yo. De hecho estudiamos juntos en la Universidad. -¿Qué tal lleva tu ritmo actual? Me imagino que vive en Maracaibo… -En efecto, así es. Cuando se puede, tratamos de vernos los fines de semana. Ya está acostumbrado, desde la época que me tocó ir a Miss Earth se familiarizó con este tipo de rutina (risas). Siempre ha sido un apoyo incondicional para mí… No niego que a veces es difícil, sobre todo por la distancia, pero él entiende perfectamente lo importante que es para mí este nuevo reto y me apoya al cien por ciento, gracias a Dios…y bueno, la maravilla del Blackberry hace que estemos comunicados de manera constante (risas).
-¿Qué ha sido lo más difícil en tu preparación? -Sin duda, el estar alejada de mi familia, mis padres, hermanos, mi novio…de mi amada Maracaibo. Pero sé que esto, independientemente de los resultados finales, es crecimiento. Siento que es algo que debo hacer y por ello lo he asumido con toda la responsabilidad del caso, con la conciencia que es algo positivo en mi vida y debo disfrutarlo tal y como lo estoy haciendo, a plenitud. -¿Y las dietas? ¿El ejercicio? -Siempre he comido muy sano, por eso no ha sido tan difícil. Tuve que perder sólo dos kilos para estar en óptimas condiciones. Y el ejercicio siempre ha formado parte de mi forma de vida. En Maracaibo iba a diario al gimnasio y además caminaba ocho kilómetros en la Vereda del Lago. También hacía Pilates dos veces por semana. Amo el deporte y para mí practicarlo más que una obligación es un placer.
-El Miss Venezuela se va a llevar a cabo este año por primera vez en Maracaibo. ¿Qué sientes como zuliana? -Un orgullo inmenso. Sobre todo, de poder mostrarle a mis 28 compañeras mi ciudad y, sobre todo, el calor de nuestro pueblo zuliano. ¿Qué te puedo decir? Estoy emocionadísima, como te mencioné, yo sabía que este era el año adecuado para participar y el solo hecho de que Maracaibo nos acoja es motivo más que suficiente para saber que no me equivoqué. Todo en la vida tiene su momento y su razón de ser. -¿Qué le piensas mostrar a las otras misses de tu región? -Bueno, me imagino que el itinerario corre por cuenta de la Organización Miss Venezuela (risas). Pero si dependiera de mí quisiera llevarlas en primer lugar a la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá (La Chinita), creo que allí se resume todo el sentir zuliano. Luego, me encantaría poder romper la dieta y llevarlas a comer pastelitos, yoyos, mandocas, patacones y nuestros famosos dulces típicos, eso sí, en algún lugar bien autóctono, como Santa Lucía. Por supuesto, cruzar el Puente sobre el Lago y, si nos da tiempo, un paseo por la Laguna de Sinamaica, que es un lugar espectacular, mágico.
-¿Tienes alguna amiga en especial en el concurso? -Gracias a Dios me llevo bien con todas. Es cierto que es una competencia, pero la clave para sobrellevar la presión es tratar en la medida de lo posible disfrutar cada momento. Por supuesto, me siento muy cercana a las otras zulianas y he hecho una excelente amistad con Miss Carabobo, Romina Palmisano, somos muy afines. -¿Quién te va a vestir para el desfile de gala de la noche final? -Mi amigo y coterráneo Nidal Nouaihed, a quien adoro y quien me ha apoyado todo el tiempo a lo largo de mi carrera como modelo.
-¿Puedes adelantarnos como es el vestido? -Sólo te puedo decir que va a ser una joya desde el punto de vista de su confección. Soy de gustos bastantes sencillos y creo que Nidal ha sabido interpretar esto, claro, poniéndole su debido toque de “show” para que se vea regio en escenario.
-Como abogada ¿Qué opinas del estado de Derecho en Venezuela? -Las leyes existen. La clave está en respetarlas y hacerlas cumplir.
-¿Qué prefieres? ¿Rumbear, ir a la playa, una buena película o un libro? -Los libros son mi vida, por algo estudié Derecho, y he pasado los últimos años de mi vida leyendo. Pero definitivamente la playa es el paraíso, me puedo relajar, dormir, nadar como si fuera una sirena, y como en Maracaibo como no tenemos playas, entonces ir la playa significa vacaciones. También disfruto una película y una buena cena. Soy bastante tranquila. -¿Con qué sueñas? -Con el éxito, no sólo a nivel económico, también en lo personal, sintiéndome feliz, y haciendo feliz a mi pareja y familia. Para mí es muy importante que mis padres estén orgullosos de mí. Deseo alcanzar todas las metas que me he propuesto en todos los ámbitos de mi vida, estar satisfecha con mi proyecto de vida. Quiero sentir que todo lo hecho valió la pena.
-¿A qué le temes? -(Risas), a los aviones, al hecho de volar, pero ha sido un trauma que he aprendido a controlar. La verdad nunca le había tenido miedo a los aviones, pero en el viaje de mi graduación, recuerdo que estábamos aterrizando, pero yo no lo sabía, entonces el carrito de la comida paso súper rápido por todo el pasillo del avión y no había aeromoza ni nada; y en ese momento pensé que algo terrible estaba pasando, creo que de allí proviene mi temor. Pero ya lo he ido superando ¡Qué remedio! ¿Verdad? (risas).
-¿Qué es para ti la belleza? -Un regalo de Dios…que se acaba con el transcurrir del tiempo. Me refiero a la belleza física. Por eso, quien la posee debe de utilizarla de manera inteligente, en beneficio de los demás. Para mí el que me digan que soy bella no supone un motivo de orgullo en particular. Uno debe enorgullecerse de lo que se ha logrado con constancia, con estudio, con sacrificio, de lo que hemos hecho para dejar huella en la sociedad…
Por: Ángel Álvarez Fotos: Indra Rodríguez De La Sierra
-¿Y qué se siente? -Mira, te voy a ser muy sincera. Obviamente mi ilusión era representar a mi estado natal. Pero como te dije, si no lo hacía este año, no lo iba a hacer nunca más. Por otra parte, todas las candidatas, independientemente de la región que representemos, optamos por el título de “Miss Venezuela”. Y Venezuela es el país de todas, desde el Zulia al Delta Amacuro y del Distrito Capital al Amazonas. Así que estoy orgullosísima de ser zuliana, pero además de zuliana soy venezolana y me siento muy halagada de representar cualquier entidad de nuestra geografía. Jessica es abogada, graduada Cum Laude en la Universidad Rafael Urdaneta de Maracaibo. Y no sólo se recibió con honores, sino que lo hizo en sólo tres años y medio. “Soy una mujer de retos –explica- y cuando me trazo una meta trato de hacerlo lo mejor posible. Lo que hice fue adelantar materias durante los periodos vacacionales, así pude recibirme con dos años de anticipación”.
-Además del castellano ¿qué otros idiomas hablas? -Inglés, algo de francés y maracucho –dice soltando una sonora carcajada y picando pícaramente el ojo- Pero, además de sus innegables cualidades intelectuales, Jessica Barboza para el tráfico donde sea. A lo largo de sus 1,74 m. de estatura se distribuyen unas medidas perfectas de 90-58-90. Algo que le ha servido para proyectarse desde los 15 años como una destacada modelo. Además, consiguió en 2009 el título de Sambil Model/ Miss Earth Venezuela, lo que le significó su pasaporte para representar a nuestro país en el reconocido concurso “Miss Earth” (Miss Tierra) en las Filipinas, donde quedó como primera finalista (Miss Agua) compitiendo con 90 muchachas provenientes de todo el orbe. -¿Crees que esto te da alguna ventaja frente a tus compañeras de Miss Venezuela? -Sin duda, haber participado en un concurso tan fuerte e importante como Miss Earth ha sido una excelente experiencia. Fueron tres semanas de competencia –más un mes adicional luego del evento- en el otro lado del mundo atendiendo una agenda realmente agotadora, la mayoría de las veces dormíamos sólo tres horas. Y como toda experiencia, te queda y aplicas lo aprendido en el momento preciso. Sin embargo, tanto mi persona como las otras candidatas estamos en este momento en la “Universidad de la Belleza” más reconocida del mundo entero: la Organización Miss Venezuela. Todas recibimos un entrenamiento por igual en oratoria, pasarela, baile, gimnasio, así que creo que a la hora de la verdad la noche final todas vamos a tener herramientas más que suficientes para luchar por el título de “tú a tú”. Además, lo aprendido en Miss Venezuela te queda para toda la vida, en ti está ponerlo en práctica. -¿Qué más te dejó esa experiencia? -Una mayor conciencia ecológica. El saber que todos, con nuestras pequeñas acciones diarias, tenemos incidencia directa en nuestro medio ambiente. La Madre Tierra es una sola, todos habitamos el mismo planeta y es nuestra responsabilidad preservarlo para nosotros y las futuras generaciones.
-¿Tienes novio, quién es? -Sí tengo, desde hace tres años, su nombre es Alberto Vaivads y es abogado, como yo. De hecho estudiamos juntos en la Universidad. -¿Qué tal lleva tu ritmo actual? Me imagino que vive en Maracaibo… -En efecto, así es. Cuando se puede, tratamos de vernos los fines de semana. Ya está acostumbrado, desde la época que me tocó ir a Miss Earth se familiarizó con este tipo de rutina (risas). Siempre ha sido un apoyo incondicional para mí… No niego que a veces es difícil, sobre todo por la distancia, pero él entiende perfectamente lo importante que es para mí este nuevo reto y me apoya al cien por ciento, gracias a Dios…y bueno, la maravilla del Blackberry hace que estemos comunicados de manera constante (risas).
-¿Qué ha sido lo más difícil en tu preparación? -Sin duda, el estar alejada de mi familia, mis padres, hermanos, mi novio…de mi amada Maracaibo. Pero sé que esto, independientemente de los resultados finales, es crecimiento. Siento que es algo que debo hacer y por ello lo he asumido con toda la responsabilidad del caso, con la conciencia que es algo positivo en mi vida y debo disfrutarlo tal y como lo estoy haciendo, a plenitud. -¿Y las dietas? ¿El ejercicio? -Siempre he comido muy sano, por eso no ha sido tan difícil. Tuve que perder sólo dos kilos para estar en óptimas condiciones. Y el ejercicio siempre ha formado parte de mi forma de vida. En Maracaibo iba a diario al gimnasio y además caminaba ocho kilómetros en la Vereda del Lago. También hacía Pilates dos veces por semana. Amo el deporte y para mí practicarlo más que una obligación es un placer.
-El Miss Venezuela se va a llevar a cabo este año por primera vez en Maracaibo. ¿Qué sientes como zuliana? -Un orgullo inmenso. Sobre todo, de poder mostrarle a mis 28 compañeras mi ciudad y, sobre todo, el calor de nuestro pueblo zuliano. ¿Qué te puedo decir? Estoy emocionadísima, como te mencioné, yo sabía que este era el año adecuado para participar y el solo hecho de que Maracaibo nos acoja es motivo más que suficiente para saber que no me equivoqué. Todo en la vida tiene su momento y su razón de ser. -¿Qué le piensas mostrar a las otras misses de tu región? -Bueno, me imagino que el itinerario corre por cuenta de la Organización Miss Venezuela (risas). Pero si dependiera de mí quisiera llevarlas en primer lugar a la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá (La Chinita), creo que allí se resume todo el sentir zuliano. Luego, me encantaría poder romper la dieta y llevarlas a comer pastelitos, yoyos, mandocas, patacones y nuestros famosos dulces típicos, eso sí, en algún lugar bien autóctono, como Santa Lucía. Por supuesto, cruzar el Puente sobre el Lago y, si nos da tiempo, un paseo por la Laguna de Sinamaica, que es un lugar espectacular, mágico.
-¿Tienes alguna amiga en especial en el concurso? -Gracias a Dios me llevo bien con todas. Es cierto que es una competencia, pero la clave para sobrellevar la presión es tratar en la medida de lo posible disfrutar cada momento. Por supuesto, me siento muy cercana a las otras zulianas y he hecho una excelente amistad con Miss Carabobo, Romina Palmisano, somos muy afines. -¿Quién te va a vestir para el desfile de gala de la noche final? -Mi amigo y coterráneo Nidal Nouaihed, a quien adoro y quien me ha apoyado todo el tiempo a lo largo de mi carrera como modelo.
-¿Puedes adelantarnos como es el vestido? -Sólo te puedo decir que va a ser una joya desde el punto de vista de su confección. Soy de gustos bastantes sencillos y creo que Nidal ha sabido interpretar esto, claro, poniéndole su debido toque de “show” para que se vea regio en escenario.
-Como abogada ¿Qué opinas del estado de Derecho en Venezuela? -Las leyes existen. La clave está en respetarlas y hacerlas cumplir.
-¿Qué prefieres? ¿Rumbear, ir a la playa, una buena película o un libro? -Los libros son mi vida, por algo estudié Derecho, y he pasado los últimos años de mi vida leyendo. Pero definitivamente la playa es el paraíso, me puedo relajar, dormir, nadar como si fuera una sirena, y como en Maracaibo como no tenemos playas, entonces ir la playa significa vacaciones. También disfruto una película y una buena cena. Soy bastante tranquila. -¿Con qué sueñas? -Con el éxito, no sólo a nivel económico, también en lo personal, sintiéndome feliz, y haciendo feliz a mi pareja y familia. Para mí es muy importante que mis padres estén orgullosos de mí. Deseo alcanzar todas las metas que me he propuesto en todos los ámbitos de mi vida, estar satisfecha con mi proyecto de vida. Quiero sentir que todo lo hecho valió la pena.
-¿A qué le temes? -(Risas), a los aviones, al hecho de volar, pero ha sido un trauma que he aprendido a controlar. La verdad nunca le había tenido miedo a los aviones, pero en el viaje de mi graduación, recuerdo que estábamos aterrizando, pero yo no lo sabía, entonces el carrito de la comida paso súper rápido por todo el pasillo del avión y no había aeromoza ni nada; y en ese momento pensé que algo terrible estaba pasando, creo que de allí proviene mi temor. Pero ya lo he ido superando ¡Qué remedio! ¿Verdad? (risas).
-¿Qué es para ti la belleza? -Un regalo de Dios…que se acaba con el transcurrir del tiempo. Me refiero a la belleza física. Por eso, quien la posee debe de utilizarla de manera inteligente, en beneficio de los demás. Para mí el que me digan que soy bella no supone un motivo de orgullo en particular. Uno debe enorgullecerse de lo que se ha logrado con constancia, con estudio, con sacrificio, de lo que hemos hecho para dejar huella en la sociedad…
Por: Ángel Álvarez Fotos: Indra Rodríguez De La Sierra
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