La representante venezolana ganó las bandas "Miss Naturalidad" y "El Cabello Más Lindo". Caroline Medina avanza a paso firme en el Miss Earth 2011.
La venezolana Caroline Medina incrementa el favoritismo durante las preliminares del Miss Earth 2011 que se está celebrando en Manila Philippines al obtener las bandas de “Miss Naturalidad” y el “Cabello más Lindo” en las preliminares del concurso que llegará a su final este próximo 03 de diciembre. Medina quien representó en el Miss Venezuela 2010 al estado Aragua y ganó en Bolivia ese mismo año “Reina Hispanoamericana” tiene muchas expectativas y dice sentirse muy satisfecha por el papel que está desempeñando en Manila, espera la noche final con ansias para demostrar una vez más el trabajo que ha venido desarrollando desde que fue nombrada “Miss Venezuela Tierra 2010”.
Caroline llevó un Traje Típico elaborado por el zuliano Nidal Nouaihed, el cual describimos a continuación: Como un homenaje al imaginario indígena que ha perdurado hasta nuestros días, el diseñador Nidal Nouaihed, viste de oro refulgente a la preciosa Miss Tierra Venezuela. Un luminoso y espectacular atuendo confeccionado a manera de escultura cinética, que pretende evocar la deslumbrante imagen del cacique recién ungido con el oro de esta Tierra fecunda y misteriosa que aun atrae a miles de personas en la búsqueda de los tesoros que Venezuela tiene para ofrecer. Tesoros materiales y espirituales que aun acompañan a las tradiciones milenarias y que perduraran en la memoria para siempre.
El suntuoso traje, elaborado con piezas de oro engastadas, talladas, y esculpidas de manera artesanal, en formas geométricas se encuentran unidas con eslabones diseñados especialmente, para recrear la forma de estructurado de mayor a menor, que da como resultado una malla envolvente, que aportan un sinuoso movimiento sobre el cuerpo de la diosa venezolana, y complementan la imagen fidedigna de la ancestral diosa Badini.
En la cabeza una corona elaborada en formas geometrías irregulares de igual manera engastadas, talladas, y esculpidas en oro, dispuestas en degradé de tamaño que nos recuerdan el brillante y esplendor de las culturas indígenas que aun prevalecen y viven en tierras venezolanas, patrimonio de la humanidad que es fundamental proteger para el futuro.
El origen del mito de El Dorado, el más famoso de cuantos estimularon la exploración y conquista del continente americano, se remonta al año 1534, Según una antigua tradición indígena la población entera asistía en procesión hasta la laguna sagrada portando relucientes joyas de oro, esmeraldas, primorosas vasijas y mantas artísticamente tejidas, figuras de oro, pulseras, coronas, collares, alfileres, pectorales, vasijas huecas con formas humanas, llenas de esmeraldas; cántaros y jarras de barro, para ofrendar a su dios supremo, a la diosa de las aguas, y a su nuevo soberano.
En el gran día, el joven heredero acompañado de su séquito, compuesto por sacerdotes, guerreros y nobleza, encabezaba la procesión para implorar a los dioses justicia, bondad y sabiduría para gobernar a su pueblo. El futuro Zipa era despojado de las ropas y su cuerpo untado con trementina, sustancia pegajosa, para que se fijara el oro en polvo con que lo recubrían totalmente. El ungido parecía una estatua de oro: su espléndido cuerpo cuidadosamente cubierto con el noble metal, despedía reflejos al ser tocado por los rayos del sol, zambulléndose en las profundidades para emerger, triunfal y solemne el nuevo monarca, del baño ritual que lo consagraba como cacique. El cacique, a su vez, junto con su séquito, realizaba abundantes ofrecimientos de los mismos materiales, pero en mayor cantidad.
Walter Raleigh fue el primer explorador inglés en emprender la búsqueda del Dorado en Venezuela Raleigh. Partiendo desde la Guayana navegó a lo largo del río Orinoco (hoy Venezuela) hacia el interior , encontrando algunos objetos de oro, pero nada de las dimensiones de la leyenda, después de lo cual publicó un libro sobre su viaje titulado El descubrimiento de la Guiana, donde promovía la exploración del Reino Dorado.
Entre las expediciones más famosas que buscaban El Dorado está la de los banqueros alemanes de la casa Welter pero muchos fueron los que murieron buscando el oro depositado en el fondo de una laguna… pero el mito de El Dorado sigue vivo hasta nuestros días. El mito excita la imaginación y es ya parte de Venezuela y su historia. Seguramente que muchos sueñan con encontrarlo aún hoy, tal vez sin darse cuenta que el Dorado sobrevive en las inmensas riquezas minerales y naturales que poseemos, y que debemos cuidar como un tesoro para preservarlas para las futuras generaciones.
La búsqueda de El Dorado no terminó con la conquista. En este siglo aparecieron más aventureros que trataron de llegar a las tierras donde el reflejo del oro opacaba la luz del sol. El último fue el inglés Percy Fawcett; acompañado por su hijo, recorrió el Mato Grosso hasta que, en vez de fortuna, encontró la muerte. En 1921, el piloto estadounidense James Ángel buscó oro en las tierras altas de la Guayana venezolana y aseguró haber visto la ciudad de El Dorado en uno de sus vuelos. En 1935 descubrió la cascada más alta del mundo (el salto Ángel), de mil metros de altura.
En el gran día, el joven heredero acompañado de su séquito, compuesto por sacerdotes, guerreros y nobleza, encabezaba la procesión para implorar a los dioses justicia, bondad y sabiduría para gobernar a su pueblo. El futuro Zipa era despojado de las ropas y su cuerpo untado con trementina, sustancia pegajosa, para que se fijara el oro en polvo con que lo recubrían totalmente. El ungido parecía una estatua de oro: su espléndido cuerpo cuidadosamente cubierto con el noble metal, despedía reflejos al ser tocado por los rayos del sol, zambulléndose en las profundidades para emerger, triunfal y solemne el nuevo monarca, del baño ritual que lo consagraba como cacique. El cacique, a su vez, junto con su séquito, realizaba abundantes ofrecimientos de los mismos materiales, pero en mayor cantidad.
Walter Raleigh fue el primer explorador inglés en emprender la búsqueda del Dorado en Venezuela Raleigh. Partiendo desde la Guayana navegó a lo largo del río Orinoco (hoy Venezuela) hacia el interior , encontrando algunos objetos de oro, pero nada de las dimensiones de la leyenda, después de lo cual publicó un libro sobre su viaje titulado El descubrimiento de la Guiana, donde promovía la exploración del Reino Dorado.
Entre las expediciones más famosas que buscaban El Dorado está la de los banqueros alemanes de la casa Welter pero muchos fueron los que murieron buscando el oro depositado en el fondo de una laguna… pero el mito de El Dorado sigue vivo hasta nuestros días. El mito excita la imaginación y es ya parte de Venezuela y su historia. Seguramente que muchos sueñan con encontrarlo aún hoy, tal vez sin darse cuenta que el Dorado sobrevive en las inmensas riquezas minerales y naturales que poseemos, y que debemos cuidar como un tesoro para preservarlas para las futuras generaciones.
La búsqueda de El Dorado no terminó con la conquista. En este siglo aparecieron más aventureros que trataron de llegar a las tierras donde el reflejo del oro opacaba la luz del sol. El último fue el inglés Percy Fawcett; acompañado por su hijo, recorrió el Mato Grosso hasta que, en vez de fortuna, encontró la muerte. En 1921, el piloto estadounidense James Ángel buscó oro en las tierras altas de la Guayana venezolana y aseguró haber visto la ciudad de El Dorado en uno de sus vuelos. En 1935 descubrió la cascada más alta del mundo (el salto Ángel), de mil metros de altura.
Orfebreria: Lisset Loyo - Loyo Orfebrería
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Facebook: Miss Earth Pageant / Miss Venezuela Oficial
Twitter: @theMissEarth / @MissVzla
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