Rubén Blades, Gustavo Dudamel y Franco De Vita ofrecieron un “concierto maestro” ante 217.000 personas en La Carlota.
La magistral interpretación orquestal en vivo de “Maestra Vida” por segunda vez en Latinoamérica (la primera fue en Puerto Rico, durante la década de los '80) constituye un hito histórico musical sin precedentes, con la presentación estelar de Franco De Vita, y la antológica dupla artística de Rubén Blades y Gustavo Dudamel, quien dirigió la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar. La multitudinaria asistencia de más de 200 mil personas al recinto, superó con creces las expectativas de Evenpro, empresa organizadora del evento. La música logró congregar en la Base Aérea Generalísimo Francisco de
Miranda (Chuao, Caracas, DC) a miles de venezolanos quienes se dieron
cita en este encuentro por la Paz, desde las 10:30am, con un sol radiante e hidratación constante
como telón de fondo. Los dos grandes ausentes de la velada -por razones
ampliamente conocidas- fueron Willie Colón y César Miguel Rondón,
arreglista y narrador, respectivamente, de la versión original.
La maratónico jornada contó con la animación de Mariángel Ruiz y Leonardo Villalobos, quienes, además de presentar el cartel del show y agradecer a los patrocinadores, interactuaron con el público asistente. Franco De Vita fue el encargado de abrir el espectáculo, precedido por una lluvia de vítores y aplausos, iniciando su emotivo recital de más de dos horas de duración con “Donde está el amor”, “Louis”, “Te amo”, “No basta”, “Ya lo había vivido”, “Tan solo tu” “No se olvida” “Un buen perdedor” y “Sólo importas tú”, ampliamente coreados por la entusiasta multitud.
“¡Buenas tardes, Caracas. Bienvenidos! Gracias por esta cita para homenajear lo que más nos gusta: la música. Me siento muy orgulloso de verlos a todos juntos y estar aquí frente a Ustedes. ¡Que la pasen bien! Dijo el cantautor ítalo-venezolano, quien se hizo acompañar por artistas nacionales e internacionales como María José (Maracay), Víctor (Ecuador) y el dúo San Luis (Maracaibo), conformado por Santiago y Luigi Castillo, ex-integrantes del sexteto ganador del Premio Grammy Latino 200X Voz Veis. Franco cerró su actuación a las 6:30pm con el tema “Vinotinto”, himno que escribió en honor a la oncena futbolística venezolana.
Las notas de “Cinco en Salsa” y la clásica “Quinta Sinfonía” de Beethoven, ejecutadas por la Orquesta Latinocaribeña, dirigida por Alberto Vergara, fueron el preludio ideal para recibir al astro panameño Rubén Blades en el escenario e interpretar María Lionza –dedicada a la Reina de Sorte- y la mítica Decisiones, incluida en su álbum multiplatino Buscando América (Elektra/1984). Blades pidió permiso para ausentarse brevemente mientras ingresaban a la tarima los integrantes de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar quienes, junto a la Orquesta Latino Caribeña, conformaron una plantilla de 140 músicos.
R U B É N &
D U D A M E L
El momento esperado de la noche llegó a las 8:45pm con el arribo, nuevamente, de Rubén Blades, al escenario, con unas palabras de agradecimiento. “no acostumbro a hablar antes de hacer música pero debo reconocer la labor de mis colegas y amigos de la (Orquesta) Simón Bolívar. Al maestro Abreu porque ha colocado a Venezuela en la vanguardia cultural. El Sistema ha desbordado las fronteras. Es un regalo que le ofrece al mundo. ¡Gracias, maestro Abreu!", expresó sentidamente el cantautor como introducción de su ópera-salsa.
Tras superar las fallas de audio percibidas durante los primeros 5 temas, reclamadas por el público con insistentes reclamos de “no se escucha”, lo cual hizo que algunos espectadores decidieran retirarse antes de lo previsto, aún cuando la irregularidad fue plenamente solventada, el concierto siguió su curso, contándose en clave sonora la historia de Manuela y Carmelo, contenidas en dos legendarios LP’s (Maestra Vida, Parte 1 y 2/Fania/ 1980).
La narración de la colosal obra –hecha en esta ocasión por el mismo Blades- que fusiona diversos lenguajes y expresiones culturales de los sectores populares de América Latina, incluyó la interpretación de “Manuela”, “Como tu Carmelo”, “Yo soy una mujer”, “La Fiesta”, “El Nacimiento de Ramiro” “Déjenme Reír (para no llorar)” -aplaudida efusivamente por el contenido de la letra- “Manuela después (La Doña)”, “Carmelo después (El viejo Da Silva)” “El velorio”, “El entierro”, “Maestra Vida” y “Hay que vivir”, con un cierre apoteósico.
Los gritos del público, reclamando más y más del repertorio del compositor panameño, hicieron que regresara a la escena para culminar con broche dorado con “El Padre Antonio y su monaguillo Andrés” y el júbilo del “diente de oro” de Pedro Navaja, que brilló más que nunca, para hacer de este concierto un espectáculo memorable e inolvidable…
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