Azul y no tan Rosa
Un canto a la diversidad y la tolerancia: el mejor film venezolano de 2012 llega a México.
El largometraje venezolano Azul y No Tan Rosa, dirigida por Miguel Ferrari, será postulada en la categoría de “Película Iberoamericana” en la 55º Edición de los Premios Ariel, organizados por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, ente que reconoce los mejor del cine mexicano e iberoamericano con el fin de estimular y acrecentar la industria cinematográfica en la región, evento que aún no tiene una fecha estipulada para su realización.
Conmovedora. Impecable. Redonda. Reparto excepcional. Actuaciones memorables. Fotografía impactante. Póster ingenioso. Guión bien concebido. Dirección acertada. Azul y no tan Rosa es, sin lugar a dudas, el largometraje venezolano más destacado de 2012. Las razones son múltiples y alentadoras, indicativas de que el cine venezolano disfruta de buena salud.
Aún cuando 2012 cerró con dos estrenos menos en comparación a 2011 (13 en lugar de 15 cintas exhibidas el año anterior), la oferta cinematográfica comprende una amplia gama temática, no solo circunscrita al barrio, el malandraje, la violencia y la prostitución -elementos sempiternamente criticados en el cine nacional- sino a personajes y tramas que giran en contextos y locaciones diferentes a los habitualmente exhibidos.
De acuerdo a las cifras reflejadas por Cameo Marketing Audiovisual, hasta la fecha, Azul y no tan Rosa ocupó a finales de 2012 el séptimo lugar en el conteo de espectadores desde su fecha de estreno (Nov.30), alcanzando los 270.000 espectadores (y subiendo) en su novena semana de proyección en las salas de cine nacional.
Elba Escobar (der.).
Juan Carlos Lares.
Carolina Torres e Hilda Abrahamz.
El Elenco
Guillermo García, Ignacio Montes, Hilda Abrahamz, Carolina Torres, Sócrates Serrano, Alexander Da Silva, Arltette Torres, Daniela Alvarado, Elba Escobar, Beatriz Valdés, Juan Carlos Lares, Yugui López. Aroldo Betancourt, William Goite y Rolando Padilla, entre otros histriones, forman parte del elenco estelar perteneciente a la ópera prima de Miguel Ferrari, reconocido y laureado actor que desarrolla asertivamente su faceta como director, tras realizar el cortometraje Todo lo que sube (2008), que formó parte del I Festival Cortos Interruptus.
Miguel Ferrari.
Ignacio Montes.
El director y la trama
Ferrari, recordado por su destacado rol como el travesti Héctor, quien ayuda a Elaiza Gil a personificar fidedignamente a la mítica Marilyn Monroe en El Tinte de la Fama, ópera prima de Alejandro Bellame Palacios, debuta como cineasta en la pantalla grande con Azul y no tan Rosa, que cuenta la historia de Diego (Guillermo García), un fotógrafo que en su adolescencia tuvo un hijo y ahora lleva una vida muy diferente y se ve obligado a hacerse cargo temporalmente de Armando (Ignacio Montes), justo en el momento en que su pareja Fabrizio (Sócrates Serrano) le propone mudarse juntos. Este panorama afecta su mundo “ideal”, más aún cuando Fabricio recibe una salvaje golpiza por una pandilla de delincuentes homofóbicos, hecho que afectará la vida de Diego para siempre y tendrá consecuencias más allá de su entorno familiar.
Sócrates Serrano.
Guillermo García.
Colores verdaderos
Desde La Máxima Felicidad (1982) / Macho y Hembra (Mauricio Wallerstein/1984) y Cheila, una casa pa’ Maíta (Eduardo Barberena/2010) no se había abordado con profundidad en el cine venezolano temas y personajes relacionados con la homosexualidad y sus dilemas de forma inteligente y aguda, alejados del cliché y la banalidad con la que suelen ser tratados tanto en algunos dramas televisivos como en obras de teatro con marcado filón comercial.
Guillermo García ofrece en el papel de Diego una actuación creíble, pulcra, diáfana y alejada del estereotipo con el cual se ha abordado a los personajes homosexuales en el cine venezolano, dando otra cara del hombre gay, sin el talante peyorativo de otrora, dando un matiz más humano y real.
Hilda Abrahamz como Delirio, rinde homenaje a Melissa.
Noches de Delirio
Mención aparte merece Delirio del Río, personaje transgénero interpretado por la actriz y modelo Hilda Abrahamz, que le ha valido numerosas críticas favorables por parte del público y la crítica especializada, siendo definida por algunos como “una fascinante recreación de La Agrado de Almodóvar”. Nacido varón, bajo el nombre de Alejo, Delirio deja su estado de origen (Yaracuy) para arribar a la capital con el sueño de convertirse en bailarina, siendo truncado por su anatomía prominentemente alta para ser admitida en la academia, volcando su vocación hacia las clases de baile… y el travestismo.
En el Club SIXTY NINE, Delirio hace fonomímica de 2 temas emblemáticos de la cantautora peruana-venezolana, conocida como La Reina del Rock MELISSA: “No Soy Una Señora” y “A Punto De Caramelo”, hecho calificado por Ferrari como “un sentido homenaje a La Reina del Rock en Venezuela” en entrevista realizada por César Miguel Rondón en su espacio radial de Éxitos 99.9FM. Hilda ratifica este comentario para la Edición 7mo. Aniversario de VERSATIL Rank News, medio al cual ofreció detalles de su preparación para asumir el rol de Delirio: “Siempre fui fanática de Melissa. Amé sus canciones y las canté toda la vida, así que cuando me subí a ese escenario todo fluyó maravillosamente”.
Arlette Torres.
Daniela Alvarado.
Menos no siempre es más
En Azul y no tan Rosa hay otras sub-tramas y personajes interesantes que gravitan sobre el eje de la trama principal, presentadas como en una especie de sinfonía coral, sin ser desarrolladas a plenitud. Ejemplo de ello es la actuación especial de Daniela Alvarado como hermana de Diego, quien activa la polémica al esbozar en un encuentro familiar la polémica frase: “yo prefiero tener un hijo malandro que homosexual”. Hubiese sido interesante ver más acciones del personaje en el desenlace de la trama, pero se queda a mitad de camino, dejando al espectador con ganas de ver algo más.
Alexander Da Silva.
Beatriz Valdés personifica a Estrellita Mata.
Hilda Abrahamz conduce el late talk-show Noches de Delirio.
Actores consolidados ofrecen pequeñas pero gratificantes actuaciones, las cuales enriquecen el producto final. William Goite, como el pícaro asistente fotográfico de Diego, Yugui López como el productor del espacio conducido por Estrellita Mata (Beatriz Valdés), así como el peculiar y malencarado taxista Rolando Padilla que lleva en su coche a Armando a unas cuadras cerca del Club Sixty Nine; y Aroldo Betancourt, en el rol de Javier, amor juvenil de Delirio (Abrahamz) que da un giro inesperado en materia amorosa, para su total sorpresa.
Diego (Guillermo García) y Fabrizzio (Sócrates Serrano).
Uno de los personajes más sólidos es el de Armando encarnado por el actor hispano Ignacio Montes, que en una escena le reclama a su padre Diego (García) su abandono y privarlo de su presencia, demostrando una madurez impresionante al asumir, de manera gradual y respetuosa la orientación sexual de su progenitor. Muy conmovedora es la escena en que Armando (Montes) interpreta con el cuatro –hecho meritorio, dada su nacionalidad española- las notas de Tonada de Luna Llena, composición del maestro Simón Díaz, toda una simbiosis cultural que emociona apenas se escuchan los primeros acordes.
Ignacio Montes (Armando) y Guillermo Garcia (Diego).
Otro dato curioso es la complicidad que se genera entre los espectadores durante la proyección en las salas de cine. Reacciones de complicidad, aprobación y solidaridad ante la trama de la película, y sonoros aplausos al aparecer los créditos finales -fenómeno que ocurre tanto en la ciudad capital como en el interior del país- dan fe del nivel de aceptación del filme.
AZUL Y NO TAN ROSA, un filme venezolano que constituye un canto a la tolerancia y la diversidad, denunciando la homofobia y “mostrando realidades que en una sociedad latinoamericana no estamos acostumbrados a ver”, de acuerdo al dictamen del jurado encargado de seleccionar a la película como postulada a los Premios Ariel 2013, conformado por los cineastas Román Chalbaud, Alfredo Anzola, Marité Ugás y Alejandro Bellame Palacios, quienes fundamentan la decisión basados en su “contenido humanista, por aportar valores familiares y ser una obra ‘inspiradora y necesaria’ para lograr la reconciliación”.
Visibilización y sensibilización de lo que hasta hace poco permanecía oculto o poco abordado en nuestra cinematografía. En este caso, el trato respetuoso y celoso de los derechos humanos de aquellos que, siendo ser diferentes son tan iguales al resto, permite afirmar que “algo bueno está pasando”, y que la respuesta se encuentra, “flotando en el viento”, Bob Dylan dixit. Enhorabuena.
Para mayor información visite:
Twitter: @azulynotanrosa / @elguille / @hilda1411 / @ferrarimiguel
Facebook: Azul y No Tan Rosa
Texto @carlosmedina1 / Fuentes consultadas: El Universal / 2001 / NP
Datos Referenciales, Fotos e imágenes de soporte: Cameo Marketing (Cortesía).
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