Cuando algo pasa en un pequeño pueblo, alguien tiene que tomar cartas en el asunto y descubrir la verdad. Sólo que, en este caso, quién toma el fierro caliente, es un vicario.
Las cosas nunca volverán a ser iguales en Grantchester, un pueblo en las afueras de Cambridge. Y menos para el encantador y carismático clérigo Sidney Chambers (James Norton, Happy Valley), quien tras la sospechosa muerte de uno de sus feligreses se convertirá en el investigador de tales acontecimientos.
Es 1953 y Sidney Chambers es el vicario de Grantchester. Su vida es de lo más tranquila, o al menos lo ha sido, hasta el momento en que el crimen se cruza en su camino. Empujado al peligroso mundo de la mentira, la traición y el asesinato, Sidney descubre rápidamente que su visión de la condición humana y la confianza natural que genera en las personas, lo hacen brillar en su nuevo rol de detective. En su viaje hacia ese mundo oscuro, Sidney tendrá la compañía de Geordie Keating, un inspector afable pero cansado del mundo; de Leonard Finch, un cura ingenuo, pero bien intencionado; y de la Sra. Maguire, un ama de llaves austera y con constante gesto de desaprobación. Aunque el crimen no es el único asunto que ocupa a Sidney: también la hermosa y divertida Amanda. Pero desde que se convirtió en sacerdote, se desvanecieron sus esperanzas de alcanzar alguna vez su corazón. ¿Será posible encontrar lo mejor de la gente aun cuando el mundo del crimen obliga a ver lo peor?
“Como sacerdote, ¿no es todo nuestro negocio? No hay ninguna parte del corazón humano que no sea nuestra responsabilidad”, asegura Sidney Chambers. A partir de esa premisa, toma este asesinato como una verdadera obsesión, pero aplicando técnicas intuitivas de investigación, de manera de obtener la mayor información de parte de testigos y sospechosos.
Sidney es un hombre alto y guapo que gusta de la cerveza y el jazz. También es modesto, buena compañía y un verdadero romántico. Él se compromete a conciencia sus deberes parroquiales en la iglesia de San Andrés y Santa María, y tiene el oído de su congregación para respetar sus puntos de vista morales únicos y su humor. Perturbado por pesadillas y flashbacks recurrentes de cuando sirvió en la Guardia Escocesa, Sidney es la brújula moral del drama con un deseo de corregir los errores del pasado: “no podemos borrar nuestro pasado por mucho que lo intentamos. En su lugar hay que llevarlos con nosotros en el futuro”.
En su investigación está asociado con el inspector Geordie Keating (Robson Green, Reckless) con quien forja una verdadera amistad, en donde cada uno ofrece una visión diferente sobre los crímenes que comienzan a desarrollarse en la localidad.
Morven Christie (Hunted) interpreta a la bella heredera Amanda Kendall, cuyo amor por Sidney, si bien es correspondido, no parece tener mucho futuro, ya que su padre la quiere casar con un novio de la aristocracia. Sin embargo, sus sentimientos provocan una verdadera complicación para el sacerdote.
Tessa Peake-Jones (Marchlands, Only Fool and Horses) es la ama de llaves de Sidney, la indomable señora Maguire. Ella lo mantiene bajo control y hace todo lo posible para mantener su caótica vicaría presentable y respetable. También tiene precioso cachorro labrador negro, Dickens, para su compañía.
Leonard Finch, es interpretado por Al Weaver (Southcliffe, Secret State). Su llegada al pueblo es muy bien recibida por la señora Maguire, quién cree que Chambers tiene demasiado trabajo para el sólo en la parroquia. Parece un tipo nervioso, pero tienen una mirada intelectual donde mezcla la filosofía con la teología, lo que permite tener una visión de lo que es correcto e incorrecto para todo este escenario de crímenes.
Grantchester es la adaptación de la novela Sydney Chambers and the Shadow of Death, de James Runcie, y que fue escrita para la televisión por Daisy Coulam.