El apetito de Pulgasari. Una nueva voz en la narrativa venezolana.
Publicada en el sello Booket de Editorial Planeta, el autor plasma una serie de historias entrelazadas, ambientadas en la Venezuela reciente, un país al que tuvo que regresar para enfrentar mucho más que la muerte de su padre. Ha regresado a su patria, a la geográfica y a la más íntima, de la que lo desterraron los afectos perdidos, la traición y el desencanto.
Lenin, el protagonista, ha vuelto a un país que retrocede irremediablemente, pero volver requiere libertad, aunque esta sea una luz enceguecedora. En este viaje al pasado, el protagonista reencuentra sus culpas, su dolor y sus dibujos de Pulgasari, un Godzilla proletario que retrata su nostalgia y que reaparece en hojas sueltas en la casa de su infancia.
“Son patrañas esas ideas de que los escritores tristes son mejores. Eso no es así, quizá le sirvió a Vallejo o a Villon, pero son una excepción. Los escritores buenos son mejores cuando se enamoran, cuando triunfan sus revoluciones. También lo son cuando odian o triunfan sus enemigos, pero solo lo serán si les hierve la sangre, no si se les congela”, dice el narrador protagonista.
Planeta ofrece esta novela, breve y contundente, en la que los militares, nuevos amos del poder, han traído a Lenin Ramos a los funerales de su padre, un importante historiador relacionado con el chavismo cuya muerte a manos del hampa común no ha quedado del todo resuelta y se ha llevado consigo una verdad que Hugo Chávez había puesto en sus manos.
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