Muere en París el artista plástico venezolano "Maestro del Color".
La mañana de este domingo 28 de julio comenzó con la triste noticia del fallecimiento del prestigioso artista plástico venezolano, Carlos Cruz-Diez, a los 95 años de edad.
La información fue publicada directamente por la página web del artista. Reconocido por su trayectoria en el arte cinético y óptico, Cruz Diez se trasladó a París en donde trabajó y vivió desde 1960. “Con gran tristeza anunciamos que ha fallecido en París la gran figura del arte cinético, Carlos Cruz Diez” fue la información publicada por el Atelier del artista, tanto en español, en francés como en inglés. Su obra "Cromointerferencia de color aditivo", que reluce en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía y que ha sido testigo fiel de innumerables despedidas, producto de la diáspora que aleja y separa a miles de venezolanos de sus familiares y amigos, quedará grabada con tinta indeleble en el imaginario colectivo nacional.
La familia Cruz Diez publicó un comunicado en el que explican que Carlos falleció a sus 95 años de edad, de causas naturales. Informaron también que los actos velatorios se llevarán a cabo en intimidad familiar y que próximamente estarán publicando en redes sociales los actos de homenaje que se realizarán en su honor. Pidieron privacidad y respeto en los momentos duros por los que atraviesan.
La obra de Cruz-Diez es ampliamente conocida por sus experimentos con el color, la forma y los efectos ópticos, representados a través de enormes instalaciones, pequeños y grandes murales. “Yo no me inspiro, yo reflexiono. Reflexiono sobre la vida, sobre el arte, sobre cuál debería ser mi papel en el tiempo. Yo quiero ser de mi tiempo, no soy del pasado, soy de hoy”, dijo el artista a The Associated Press en una entrevista en Nueva York en el 2008 en la que se definió como un “explorador”.
Inició su carrera en la Escuela de Bellas Artes de Caracas y, tras graduarse, trabajó como director artístico de la agencia de publicidad McCann-Erickson y como ilustrador para el diario venezolano El Nacional. En 1957, luego de sus viajes por París y Nueva York, fundó en la capital venezolana el Estudio de Arte Visual, una escuela de artes gráficas y diseño industrial. Dos años después se trasladó a París, donde empezó a experimentar con el arte cinético mientras enseñaba en la Université d’Enseignements et de Recherches.
En Venezuela, la obra de Cruz-Diez mantiene una estrecha comunión con la arquitectura y el urbanismo que se desarrolló a partir de la década de 1970, en la que Caracas terminó de dar el salto definitivo de ciudad casi rural a una de las más cosmopolitas de la región.
Sus obras, saturadas de luz, color y movimiento, engalanan el desenfrenado ritmo de varias ciudades del mundo. Los venezolanos han tenido el privilegio de admirar muchas de las obras más alucinantes como parte del ornato de aeropuertos, puertos, plazas, estaciones del tren metropolitano, teatros, calles y avenidas.
“Siempre he creído que el arte no está aislado de la sociedad, el arte es un mecanismo de comunicación, no debe estar encerrado en cuatro paredes, por eso siempre me gustó tomar la calle, hacerlo lo mejor posible, ser sincero y ofrecerlos a todos”, expresó el artista. Entre sus muchas condecoraciones y premios destaca la orden de Comandante de las Artes y las Letras de Francia, otorgada en el 2002.
OBRA DE CARLOS CRUZ-DIEZ
Nacido en Caracas el 17 de agosto de 1923, Cruz-Diez integró junto a sus compatriotas Jesús Soto, Alejandro Otero y Juvenal Ravelo el movimiento cinético de Venezuela, que surgió a mediados de 1950 y en las décadas siguientes se convirtió en una de las expresiones artísticas más destacadas de la América Latina. Inició su carrera en la Escuela de Bellas Artes de Caracas y, tras graduarse, trabajó como director artístico de la agencia de publicidad McCann-Erickson y como ilustrador para el diario venezolano El Nacional. En 1957, luego de sus viajes por París y Nueva York, fundó en la capital venezolana el Estudio de Arte Visual, una escuela de artes gráficas y diseño industrial. Dos años después se trasladó a París, donde empezó a experimentar con el arte cinético mientras enseñaba en la Université d’Enseignements et de Recherches.
En Venezuela, la obra de Cruz-Diez mantiene una estrecha comunión con la arquitectura y el urbanismo que se desarrolló a partir de la década de 1970, en la que Caracas terminó de dar el salto definitivo de ciudad casi rural a una de las más cosmopolitas de la región.
Sus obras, saturadas de luz, color y movimiento, engalanan el desenfrenado ritmo de varias ciudades del mundo. Los venezolanos han tenido el privilegio de admirar muchas de las obras más alucinantes como parte del ornato de aeropuertos, puertos, plazas, estaciones del tren metropolitano, teatros, calles y avenidas.
“Siempre he creído que el arte no está aislado de la sociedad, el arte es un mecanismo de comunicación, no debe estar encerrado en cuatro paredes, por eso siempre me gustó tomar la calle, hacerlo lo mejor posible, ser sincero y ofrecerlos a todos”, expresó el artista. Entre sus muchas condecoraciones y premios destaca la orden de Comandante de las Artes y las Letras de Francia, otorgada en el 2002.
Paz a su alma... ¡Vuele alto, Maestro!
Carlos Cruz-Diez 1923-2019.
Fuen|tes: VenezuelaAlDía.com / Culto.LaTercera.com //
Adiciones: Carlos Medina @carlosmedina1
Fotos: Culto.LaTercera.com / Descifrado.com / VenezuelaAlDía.com (Cortesía).
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